Lineas Gallegas de un tiempo...: El Directo (Tramo Puebla De Sanabria-A Gudiña)

Bueno, pues continuamos con nuestro largo y preciado viaje... Para los despistados que no sepan donde estamos, nos encontramos en el punto kilométrico 106 de la línea Zamora-La Coruña, mas concretamente en la puerta del coche Nº5, del S-730.016, divisando los pocos viajeros que suben y bajan de nuestro tren en la bella estación de Puebla De Sanabria...

Esta preciosa estación fue inaugurada el 24 de Septiembre de 1952, es la última parada antes de adentrarnos en Galicia, y en los "kilómetros más difíciles de España" (ferroviariamente hablando, dado su dificultad orográfica), Respecto al edificio de viajeros, es un claro ejemplo de la arquitectura de la zona, y no se caracteriza por su altura. Además, debido a la situación geográfica de la estación entre Zamora y Ourense, cuenta con una gran playa de vías, y un depósito con una rotonda giratoria.

Alvia S/730 en la estación de Puebla de Sanabria

La bocina del Alvia retumba en toda la estación, es hora de meternos dentro del coche y volver a nuestro asiento. Desafortunadamente, uno de los pocos pasajeros que suben al tren va a ser nuestro compañero de viaje. Apanpanado me quedo con la belleza de la nueva pasajera y mientras mi cerebro trata de encontrar un tema con el que pueda entrablar conversación, el tren se adentra en un tramo, que tenían previsto 5 años para finalizarlo, pero sin embargo esta tremenda obra acabó abarcando dos  dictaduras, una república y una Guerra Civil. Casi 30 años de obras y el trabajo de mas de más de 15.000 personas fueron necesarias para que antes que nuestro moderno tren circulase lo pudiesen hacer otros entre Galicia y Madrid.. El presupuesto era en un principio de 350 millones de pesetas de la época para todo este Proyecto de  Zamora - La Coruña, aunque solo la mitad de ese presupuesto lo absorbió el tramo Puebla de Sanabria - Ourense.

Atardecer en el tramo Sanabria - Ourense

De Puebla, a el túnel de la Canda, hay aproximadamente 33 kilómetros, de los cuales 13 son bajo tierra, es decir, 18 túneles. El mas complicado, sin duda alguna, es el Famoso túnel de "Padornelo", el Nº19 de la línea, aun conocido entre los ferroviarios por su antiguo número de obra, el 12, Dicho túnel tiene una longitud de 5.900 metros siendo uno de los túneles más largos de de vía convencional de España. Solo para su construcción se hicieron falta 25 años, y el trabajo de unos 4000 hombres, la mayoría presos políticos que eran conocidos como "carrilanos".

Boca sur del túnel de Padornelo.
Foto: Asociación Ferroviaria Zamorana

Para su construcción se abrió el campamento de Santa Bárbara, Trabajar en estas obras suponía prácticamente la única opción para llevar algo de dinero a casa, aunque en muchos casos la penuria y la falta de seguridad, así como las pésimas condiciones de trabajo, acababan con la vida de los obreros.

Entre las gentes que pueblan los lugares próximos a esa infraestructura, todavía se recuerda el llamado "mal de la vía". Este "mal" era el responsable del fallecimiento de cientos de personas que estuvieron vinculadas con las obras del conocido túnel. Muchas de ellas fallecían años más tarde, gracias a los avances de la ciencia, hoy en día, se conoce como silicosis. Esta enfermedad incidía especialmente en los barreneros, y era producida por la continua exposición al polvo y partículas de las rocas producidos en la perforación. Al no estar reconocida como enfermedad profesional, los familiares de los fallecidos no tenían derecho a indemnización alguna. Como señalamos anteriormente, tan pésimas eran las condiciones en las que los trabajadores y tantos los fallecidos que al túnel se le compuso una canción. Con la coplilla retumbando en la cabeza cruzamos el túnel de un tirón.

"Túnel doce, Túnel doce, Túnel de mucha largura,
 que a mas de cuatro mil hombres tú le has dado sepultura.

    Túnel doce, Túnel doce, Túnel de la Boca negra,
 la perdición de los hombres, de la juventud gallega."

 Mientras cruzábamos el túnel, nuestra nueva viajera, Rosalía me pregunta sonriente que es eso que tanto escribo en el cuaderno. Iniciamos así una cómoda conversación que nos lleva a conocer que nuestra compañera de asiento es hija y nieta de ferroviarios. Tras cruzar dicho túnel nos encontramos con la estación de Lubián, la última estacíon ubicada en la Provincia de Zamora antes de entrar en Galicia. Es entonces cuando Rosalía nos cuenta una vieja leyenda que le contaba su abuelo de pequeño y que tiene por escenario esta estación. Resulta que el primer destino de su abuelo como factor de circulación fue esta estación rodeada de montañas. Por las noches, los lobos campaban a sus anchas por los andenes como si fueran a coger un tren a Madrid y al pobre abuelo no le quedaba otra que echarle narices y salir a darle paso a los trenes, cuando no podía hacerlo desde las ventanas del edificio con las puertas bien cerradas.

Estación de Lubián.

Después de tomar nota de tan increíble historia digna de ser transmitida, tan solo nos restan  10 kilómetros  para pasar por A Mezquita-Villavieja, la primera estación gallega, luego por Villariño de Conso, y ya notamos que nuestro 730 empieza a frenar, para dirigirse a la próxima parada de nuestro viaje, A Gudiña. Esta estación, en la que nuestro "Alvia" tiene parada comercial, fue inaugurada el 1 de julio de 1957 siendo edificada en piedra con una estructura muy similar a la de los tradicionales pazos gallegos.

Fotografía de la estación anteriormente descrita.