El pasado 18 de junio, se cumplieron ciento treinta y cinco años de la primera circulación por la línea que une las ciudades de Vigo con Ourense. El tren inaugural encabezado por una locomotora a vapor y siete vagones mixtos, abandonó la primitiva estación de Vigo a las 06.40 horas, con rumbo a la capital de la provincia ourensana.
La línea era operada por la Compañía de Ferrocarril Medina Zamora Ourense VIgo (conocida como MZOV), también responsable de desarrollar las taras constructivas que permitían unir estas dos ciudades del sur de Galicia separadas por ciento veintisiete kilómetros. Las obras, en las que se emplearon cerca de cinco mil trabajadores, se habían iniciado diecisiete años antes. El retraso en la puesta en servicio de esta conexión ferroviaria obedecía a las enormes dificultades por las que pasaron los trabajos de infraestructura derivadas de la crisis económica, la falta de materiales y los brotes epidémicos de cólera, muy frecuentes por aquel entonces.
Las locomotoras de vapor tipo 030 eran las encargadas de traccionar los trenes correo y mixtos por esta extensa línea de doce paradas. Con salida desde Vigo, los trenes se dirigían por las estaciones de Redondela, Porriño, Tui, Caldelas, Salvaterra, As Neves, Arbo, Pousa, Frieira, Filgueira, Ribadavia, Barbantes e Ourense, donde terminaba el viaje al no poder continuarse hacia ningún otro punto de la geografía gallega. Pese a esta evidente limitación, la línea servía para satisfacer las abundantes exigencias de las administraciones de ambas provincias, de empresarios y de la prensa de la época.
Antigua estación de ferrocarril de Vigo |
La Compañía MZOV ofrecía un servicio diario entre las dos ciudades salvo sábados y domingos, con salida desde Vigo por la mañana temprano y regreso por la noche .Al igual que otros trenes de la época, la compañía, ofertaba tres categorías en las que se podía viajar en función de la comodidad deseada. El precio de un billete en tercera clase (categoría más baja y habitualmente usada por obreros y jornaleros) rondaba los tres reales mientras que en primera podía alcanzar los treinta y era sinónimo de prestigio social.
Tras su inauguración, aparecieron numerosas dificultades pues era habitual que las vías se enterrasen debido a los desprendimientos de las laderas colindantes. En ocasiones, estos desprendimientos, ocasionaban accidentes como el ocurrido en Diciembre del mismo año cuando, en la estación de Arbo, un tren chocó contra un talud causándole la muerte a cinco viajeros y multitud de heridos.
La puesta en marcha de esta vía de comunicación conllevó la apertura de nuevos mercados ya que por ejemplo desde el puerto de Vigo o desde la zona del Condado, se podían enviar caldos a Ourense provocando la expansión del sector vinicola en estas zonas.
Con la entrada en servicio del puente internacional sobre el río Miño y con la mejora del acceso al puerto vigés y a la conexión con Pontevedra, el ferrocarril en el sur de Galicia, entró en una nueva dimensión pues se creaba un círculo de transporte de mercancías entre Pontevedra, Vigo y Ourense, que nunca antes había existido. Tras la extensión de la línea hasta Monforte, se abrió la oportunidad de que los empresarios de estas tierras, pudiesen enviar sus productos a la capital de España. Se ofertaron precios especiales para las mercancías y se diversificaron más los horarios de las circulaciones, llegando a existir mercantes nocturnos entre Galicia y Madrid,
Tren Hotel Galicia en la estación de O Porriño de esta línea analizada. Fotografía de Sergio Montes Vega |
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